El dato es conocido: 1 de cada 8 mujeres desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida. El otro dato que quizás no se conoce tanto, es que 2 de cada 10 de esas mujeres volverán a tener un tumor en los siguientes 10 años, más allá de haber completado su tratamiento. Ahora, una nueva droga puede contribuir a evitar esas recaídas.
Las razones de por qué una mujer que logró superar un cáncer de mama vuelve a tenerlo –técnicamente eso se llama recidiva— son varias. Y para entenderlas, hay que entender, como dice la oncóloga Valeria Cáceres, que “el cáncer de mama es un grupo heterogéneo de enfermedades”.
La especialista, jefa del Departamento de Oncología Clínica del Instituto Roffo, señala que alrededor del 70% de los tumores son los que se llaman luminales, que son los que expresan receptores a las hormonas. Un 13% en cambio sobre expresa la proteína HER2, y por eso se los llama HER2 positivo. Y hay un tercer tipo, que oscila entre el 15% y el 17% de los casos, son los llamados triple negativos, que no expresan ni receptores hormonales ni HER 2. Según el tumor, será la indicación de tratamiento.
“Si bien los triple negativo son los de peor pronóstico, con más riesgo de recaída, dentro de los luminales hay un subgrupo de pacientes con mayor riesgo, que puede llegar hasta un 40%”, señala.
Estas pacientes son las que tienen más de cuatro ganglios axilares comprometidos en el momento de la cirugía, que tienen entre uno o tres ganglios con algún otro factor de pronóstico adverso (como un tamaño del tumor mayor a cinco centímetros) o lo que se llama índice de proliferación elevado, que tiene que ver con un valor alto de células que se están duplicado.
“A pesar de realizar los tratamientos habituales, como cirugía, radioterapia, quimioterapia adyuvante o preventiva y tratamiento hormonal, estas pacientes tienen una alta chance de recurrencia”, admite.
“Si un tumor se fue de la mama a los ganglios, el riesgo de que se disemine a partir de los ganglios es mayor. A mayor cantidad de células, hay mayor riesgo de que haya células fuera de la mama”, detalla la oncóloga. Y explica que cuando el tumor vuelve a aparecer, sigue siendo “un cáncer de mama, pero en otra locación. Muchas veces aparece en los huesos. En esos casos se puede tratar, pero no curar”.
El riesgo de recaída, aclara Constanzo, “nunca es cero. Pero es mayor en los primeros años”. Ese riesgo del 40% en las pacientes con cánceres luminales es a los tres años. Pero no es raro incluso ver pacientes que tuvieron un tumor hace 10 años o más y que vuelven a tener una recidiva. Por eso, siempre seguir con los controles médicos recomendados es fundamental.
Terapias dirigidas
En los últimos años, la batería de opciones terapéuticas para el cáncer se multiplicó y en estudio hay muchas otras alternativas. La mayoría apuntan a las terapias dirigidas, más personalizadas y con menores efectos adversos.
Una de esas terapias dirigidas acaba de ser aprobada por la ANMAT para tratar a estas pacientes con cáncer de mama en un estadío temprano, justamente para evitar la recurrencia de la enfermedad.La nueva terapia apunta a impedir la proliferación de células. Foto: Shutterstock.
Este medicamento ya se usaba desde 2019 en pacientes con cáncer metastásico, en las que logró un aumento importante de la sobrevida. “Más del 90% de las pacientes están vivas a los tres años, y eso es fundamental porque son pacientes de alto riesgo”, comenta Cáceres.
Pero además en los estudios clínicos se demostró que disminuye un 30% el riesgo de recurrencia de la enfermedad a tres años en el cáncer no metastásico.
“Tenemos que seguir viendo lo que pasa en los años venideros, pero estas pacientes de mal pronóstico tienden a recaer rápidamente, la mayor parte en el primer y segundo año. Cuando uno ve estos resultados son muy alentadores”, remarca Cáceres.
La droga, que se llama abemaciclib y que está cubierta por el plan médico obligatorio, inhibe a las ciclinas CDK4 y CDK6, que son proteínas que regulan el ciclo celular. Así se frena la proliferación de las células y en consecuencia el desarrollo de las células tumorales.
“Tiene una acción selectiva, es más eficiente y menos tóxica”, dice Constanzo de esta pastilla, que se toma dos veces por día por dos años y que no provoca caída del cabello ni vómitos aunque puede tener como posible efecto adverso diarrea en los primeros 45 o 60 días de tratamiento.
En el mercado existen otros dos fármacos que tienen un mecanismo similar de acción, pero todos se utilizan solamente en enfermedad avanzada. El abemaciclib es el primero que dio buenos resultados en estadios tempranos. “Esta droga es la única que hasta el momento en forma preventiva con cirugía, radioterapia, terapia hormonal y quimioterapia, puede mejorar el pronóstico de estas pacientes”, cierra Cáceres.