Diego Leuco explicó en una reciente entrevista que se “intoxicó” con el periodismo político y reveló que su sueño siempre fue entretener a la gente y por eso desde chico estudió actuación y magia. De hecho, contó que durante un tiempo usó el seudónimo de “Diego Magia” para animar eventos. Además, recordó su frustrado romance con una colega comprometida.
“Toda la vida supe que lo que más me gustaba era conducir, era el entretenimiento; era reírme y pasarla bien. Estudié magia, estudié teatro, estudié de todo… Utilizaba el nombre ‘Diego Magia’. ¡Una vergüenza!”, le contó el periodista a su amigo Grego Rosello, en el programa Ferné con Grego. Por eso se mostró feliz con su actual agenda laboral, que además de la conducción en Telenoche incluye el programa Diego a la Tarde por Radio Mitre y Antes que nadie por LUZU TV. “Me parece que en esta época hay que mostrarse como uno es, y estar ocultando un pedacito tuyo, porque si trabajás en un noticiero no podés reírte, ni disfrazarte, ni cagarte de risa con amigos… Para mí eso es antiguo. Quedo viejo”.
“En la Argentina, siento que la política es muy tóxica y no me resultaba genuino ni orgánico el formato que hay hoy para hablar sobre política en la tele. No es lo que disfruto. Empecé a laburar a los 17 años y tengo 32. Lo hice muchos años. Me aburrí. Me intoxiqué. No hay nadie que me guste. Nada me ilusiona. No hay una persona con la que me sienta identificado”, indicó, sobre su desencanto con el mundo de la política.
“Se había dado una dinámica en la cual vos tenías que ser demasiado enjundioso en algo, una vez por semana. ‘Este día, tenés que estar preocupado por algo’. Y yo capaz que no tenía ganas ese día de estar preocupado. Ahora, en los tres programas siento que puedo ser yo. Tengo amigos que hablan de política y les apasiona. A mí no. Es uno de los tantos intereses que tengo, pero no es el más importante. Se me estaba yendo la carrera en algo que no me gustaba tanto”, fundamentó su cambio de rumbo. “No elijo los trabajos ni por el lugar, ni por la guita, ni por el qué dirán. Trabajo de esto porque me hace feliz. Hace un año y medio que política no hago más”, agregó.
Si bien se mostró muy enamorado de su novia, la periodista deportiva Sofi Martínez, el periodista aceptó la propuesta de Rosello de rememorar una vieja historia con otra colega. “Fue la primera vez que me rompieron el corazón. Tenía 20 años y estaba trabajando en Noticias, que fue el primer trabajo fuerte en el que me sentí periodista. Y tuve que ir a cubrir el juicio por el encubrimiento del asesinato de María Marta García Belsunce. Fui y había otra periodista que lo estaba cubriendo para otra revista y me enamoré perdidamente”, comenzó relatando.
“Ella tenía novio. Tuvimos ahí una historia y ella siempre me prometía que lo iba a dejar, pero nunca lo dejó. No llegué a ser el amante. Era una historia más bien platónica. Éramos como ‘los dos periodistas jóvenes que se encuentran en un juicio oral, con jueces y fiscales, y se gustan y se miran’. Ella tenía un año más que yo. Me re rompió el corazón, y lo hizo sostenidamente”, señaló.
“Dos veces pensé que se había separado y no; y realmente la pasé mal. Nos cruzamos un año después en otro viaje. Los dos habíamos ido a cubrir una competencia de snowboard en Chile. Todo hermoso. Un hotel espectacular, y yo dije: ‘¡Es la mía!’. Me había enterado de que se había separado… Estuvo todas las noches con un corredor de snowboard distinto”, recordó.
Y siguió: “Voy a contar una de las imágenes más tristes de mi vida. Un día, a la mañana, voy a desayunar en el hotel y veo que ella no estaba. Entonces, dije: ’Le voy a llevar algo a la habitación’. Agarré unos huevitos revueltos, unas frutitas, una pancetita, un juguito, un cafecito… Puse todo en una bandejita y golpeé la puerta de su habitación. Me abre la chica en cuestión, y en la habitación estaba uno de los ryders, y yo como un pel… Además, no sabés lo que eran los chabones: todos holandeses, finlandeses, pectorales, abdominales, rubios”.