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Noticia alentadora: creció la matrícula en las escuelas técnicas

No hace falta importar desde Alemania su “sistema dual”, que vincula a buena parte de los alumnos con el trabajo desde el fin de la primaria. No hace falta traer ninguna otra “receta enlatada” de los países que tienen éxito en las pruebas internacionales, como Finlandia o Singapur. Solo hay que mirar para adentro de la Argentina para ver que existe una receta exitosa, ya puesta en práctica, capaz de dar respuestas al enorme problema que el país tiene en cuanto al desempleo entre los jóvenes.

Se trata de la escuela técnica, que -excelente noticia- sigue creciendo. La matrícula de esos colegios que forman a los adolescentes para alguna rama del mercado laboral creció 20% en 10 años: pasó de 591.918 anotados en 2011 a 710.081 en 2020 en todo el país, según un relevamiento del Observatorio Argentinos por la Educación.

La escuela técnica mejora -a futuro- las trayectorias educativas y laborales de los alumnos. Diversos estudios muestran que a 4 años de finalizada, los egresados tienen más continuidad en la universidad y consiguen puestos más calificados que los jóvenes que cursaron la secundaria común.

Se trata de una propuesta tradicionalmente asociada con una alta calidad educativa, con mejor formación en áreas como Matemática y mayor peso curricular de saberes científico tecnológicos. En las pruebas estandarizadas, de hecho, los alumnos de las técnicas rinden mejor, especialmente en Matemática.

¿Es un milagro? ¿Por qué sucede esto? No hay muchos secretos. Sucede que las escuelas técnicas tienen un proyecto claro con salida laboral que motiva a los alumnos. Están las de mecánica, mecatrónica o aeronáutica, entre otras, que -en general- forman los perfiles que demandan cada una de esas industrias.

También tiene docentes con mucha vocación y más abocados a sus temas y sus alumnos, aunque últimamente enfrenta el desafío de conseguir perfiles jóvenes y más actualizados.

Además, los alumnos allí aprenden “en la práctica”, en los talleres. O en las “prácticas profesionalizantes”, dentro de empresas.

Detrás de un alumno de escuela técnica, suele estar una familia comprometida con esa formación, quienes -además- se benefician de la doble jornada de esta propuesta educativa.

Señor o señora aspirante a reformar la educación, no busque más en el exterior. Acá en la Argentina tenemos un modelo para inspirarnos, copiar y pegar en el resto de las escuelas secundarias.

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