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Recorrió más de 5.000 km por la R40 en moto, a los 80 años

Adolfo “Buby” Del Castillo, a punto de cumplir los 80 años, decidió hacer realidad uno de sus grandes sueños: recorrer la mítica ruta 40 de extremo a extremo. Se trata de casi 5.200 kilómetros de carretera entre Cabo Vírgenes, provincia de Santa Cruz, y La QuiacaJujuy. Desde muy chico fue un apasionado de las motocicletas, pero las vicisitudes de la vida lo obligaron a vender su rodado hace muchas décadas. Ya jubilado eligió hacerse de una Bajaj 400 Dominar y comenzó a preparar uno de los viajes de su vida. 
Buby es vecino de Tres Cerritos y hasta poco antes de la pandemia oficiaba de guía de turismo en la Puna, para empresas alemanas e italianas. 

En diálogo con El Tribuno, expresó: “El fin de este viaje, si bien es cierto que será el de concretar un viejo anhelo, quiero que sirva también para estimular a otros, especialmente a gente grande a no postergar sus sueños. Hay que animarse. No mueran sin haberlo intentado”.

Su mujer María Cristina, sus tres hijos, ocho nietos y dos bisnietos, son un verdadero soporte para poner en marcha sus proyectos. “Las verdad es que soy un agradecido. Mi familia me apoyó en todo momento y me ayudaron en todo sentido”, resaltó. Su sobrino Rodrigo Mac Lean (47), de Córdoba, decidió acompañarlo.

El punto de partida fue en el Km 0 de la ruta 40, ubicado en Cabo Vírgenes. Allí se encuentra una pequeña base naval. Frente al Estrecho de Magallanes y a los pies de un antiguo faro en desuso, Buby y Rodrigo encendieron sus motos, se colocaron los cascos y echaron a rodar. 

El primer tramo no fue nada fácil. Fueron cerca de 250 km de ripio, soportando vientos de hasta 110 km/h. “Fue realmente complicado. Estoy acostumbrado a los vientos de la Puna, que de por sí son muy fuertes, pero la violencia de estas ráfagas nos pusieron cuesta arriba el arranque del viaje. Después la cosa se hizo más llevadera”, recordó Buby.

Ahora se encuentran en plena Patagonia. En el Perito Moreno pasaron un día formidable. “Visité hace muchos años el lugar, pero ahora está muy cambiado, modernizado, con una infraestructura muy adecuada para disfrutar del glaciar, con hoteles increíbles. Justo nos tocó el fin de semana largo, así que estaba colmado de turistas”, contaron los viajeros. 

Pero la travesía es larga y la geografía muy diversa. Pasaron por Tres LagosEstancia La Leona y un tramo hasta Gobernador Gregores en extremo complicado, cuyo nombre lo dice todo “Los 73 Malditos”. “Un camino de piedra suelta, en el que el viento no nos dio tregua. Tanto, que hay que ir atentos a una aplicación que informa sobre la velocidad de las ráfagas y que indica cuándo no es posible transitar. Tuvimos hasta ahora amaneceres muy frios”, detalló Buby.

Hicieron noche en Gregores, donde llovió durante la noche. Pero hoy cesaron las precipitaciones, está nublado y la temperatura muy agradable. Así que Buby y Rodrigo se pusieron en marcha para avanzar otros 600 km hacia el norte. 

Un espíritu inquieto

A Buby Del Castillo le atraen los desafíos y la vida al aire libre. La edad nunca fue algo que le impidiera seguir su instinto. Esto lo llevó a cofundar, por ejemplo, el Club de Aladeltismo Salta. En ese deporte, orgullosamente cuenta que diseñó el primer aladelta fabricado íntigramente en la provincia. También fue piloto de ultralivianos e hizo montañismo. “Con el Club Aventura Salta logré mis primeros 6 mil en Cachi, a los 52 años”, recordó.


Queda un largo camino

El objetivo del salteño es ambicioso. Aún queda mucho camino por recorrer hasta La Quiaca. Pero la suerte esta echada. “No se si lo voy a lograr. Pondré todo de mí para hacerlo. Estuve cerca de un año preparando este viaje. Tengo un problema de columna y de rodilla, que requieren de un pronta cirugía. Es decir, no estoy físicamente 100%, sin embargo me dije es ahora o nunca”.


“Pasé 50 años sin andar en moto”

Buby aprendió a andar en motocicleta a los 11 años en una antigua “Pumita”, el emblema cordobés, donde nació. “Tenía palanca de cambios al tanque. Una lindura.  Después tuve una DKW alemana, la pequeña maravilla. También la vendí cuando me mudé a Salta, hace más de 50 años”, recordó. 

Hace un tiempo adquirió una Bajaj 400, que lo tiene muy satisfecho. “Es una moto leal. Precio y prestaciones, un balance perfecto. Han mejorado mucho este modelo en cuanto a levas y potencia. Está pensada para ruta. Es muy cómoda para viajar. La posición de manejo es muy buena, es algo en lo que pense mucho por mi problema de columna. Tiene ABS de doble canal, discos grandes, horquilla robusta e invertida. En síntesis, le agregaron mucha tecnología, con un tablero que ofrece mucha información”, aseguró.

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