Incertidumbre. Esa es la palabra que define la posición de los establecimientos educativos de gestión privada frente a la elevada y persistente inflación. Es que la hasta ahora indomable suba de precios impide proyectar, por ejemplo, a cuánto estará el valor de las cuotas para el inicio del ciclo lectivo 2023.
Pero lo que más preocupa a los empresarios del sector es la morosidad en los pagos de las cuotas mensuales. Allí el impacto inflacionario se siente más.
“La situación actual es de mucha incertidumbre. A diferencia de otros años, no podemos estimar ahora a cuánto estará el valor de la matrícula en marzo próximo. Perdimos mucha matrícula en 2020 por la pandemia y pensábamos que este año podíamos recuperarnos, pero nos agarró la inflación y eso está provocando una fuerte morosidad”; resumió Gonzalo Peveri, asesor contable de la Asociación de Institutos de Educación Privada de la provincia de Buenos Aires (AIEPBA).
De acuerdo con un informe realizado durante octubre por esa entidad, el 60% de las escuelas bonaerenses tiene un índice de morosidad que llega a más del 30% del total de inscriptos. Sin embargo, en comparación con los dos años anteriores, los incumplimientos bajaron en 2022 por dos razones: la pandemia provocó en 2020 y 2021 el registro de deudores más alto de toda la historia y las tasas de interés por mora se incrementaron.
Según ese trabajo, en la actualidad cae notablemente el porcentaje de matriculación en los niveles educativos iniciales.
A lo largo de 2022, el incremento del costo de la matrícula en los colegios bonaerenses llegará al 89%, algo por debajo de la inflación anual proyectada, que se ubicaría por encima del 100%, según proyecciones privadas. Pero como la paritaria docente no está cerrada, se estima que los salarios se habrán ajustado por encima de las cuotas.
“Nuestros costos fueron este año más altos que los ingresos. Y eso se tradujo en pérdida de rentabilidad y acceso a moratorias para postergar pagos de cargas sociales. Hay que tener en cuenta que del 100% de los costos, el 82% son salarios”, puntualizó Peveri.
AIEPBA agrupa a 2300 establecimientos de la provincia e incluye colegios de educación inicial, primario, secundario, escuelas agrarias y de educación superior.
De ellos, el 40% tienen hasta ahora menos matrícula para 2023 en comparación con 2022 y solo el 25% registra más inscriptos.
En la provincia, las cuotas oscilan entre los $10.000 y los $150.000, dependiendo del nivel de subvención estatal que tenga cada colegio. Pero la gran mayoría de las escuelas que cuentan con el aporte del Estado cobran, en promedio, $20.000.
Peveri comentó que existe mucha movilidad dentro del sector privado, de padres que anotan a sus hijos en establecimientos con cuotas más económicas. “Pero la gente trata de quedarse en la enseñanza privada”, resaltó.
No obstante, aseguró que el combo más inflación-más morosidad “implica que está en riesgo el proyecto educativo”.
En octubre las cuotas de los colegios privados subieron 20% en la Ciudad de Buenos Aires y 6,2% en la provincia de Buenos Aires. Los incrementos fueron autorizados por los gobiernos de ambos distritos para los colegios que reciben subvención estatal, como parte del plan de aumentos previstos para este año. El próximo aumento será el mes que viene.
En cuanto a la vertiente salarial, el sueldo mínimo inicial subirá a $77.137 a fin de año a nivel país.
En la Argentina hay unas 17.000 instituciones educativas privadas, de las cuales casi un 60% cuenta con algún tipo de subvención estatal.