Categorías
Noticias Sociedad

Agustín Salvia: «La Argentina perdió a la clase media»

El Investigador Principal del CONICET, Agustín Salvia, analizó el aumento de la cantidad de pobres en Argentina aseveró que «el problema es crónico y se agrava». Y agregó que «hace 15 años que venimos de estancamiento».

Cada vez que sale tu nuevo trabajo la sociedad habla del tema y no le encuentra solución, supongo que eso te debe frustrar.

El problema es crónico y se agrava. Nosotros llevamos la atención sobre indicadores de pobreza por ingreso, pero también sobre otras dimensiones del desarrollo humano. Algunos mejoran y otros no. 

Argentina experimenta un estancamiento que no tiene que ver con la coyuntura, la inflación al casi 100%, la pandemia, la política de Mauricio Macri o la anterior de Cristina. Básicamente, venimos acumulando políticas públicas fallidas en materia de desarrollo, que generan lo que vemos que es la manifestación de la inflación o de la pobreza, que son aspectos visibles de procesos más profundos relacionados a un país que no crece.

Se requiere de mayor asistencia del Estado o de las políticas sociales. No es una frustración por medirlo, sino por un país al que no se logra sacar adelante y que se hunde muchas veces en discusiones políticas que quitan de la principal atención de la situación social.

¿Es un problema estructural especial de la Argentina o de Latinoamérica? ¿Qué reflexión te merece ver esta economía estable en Perú y, sin embargo, que la pobreza tampoco decrece?

Algo que atraviesa las regiones son nuestras heterogeneidades más profundas en materia productiva y desigualdades sociales. A diferencia de lo que pasa aquí, en buena parte de América Latina avanzaron en procesos de incorporación de nuevas clases medias al programa de organización.

Lo que viene ocurriendo en los últimos 50 años es el descenso de las clases medias. La actual es la tercera generación de nuevos pobres y éstos no se crean de los pobres ni son los migrantes. La Argentina perdió la clase media que era bien tradicional y consolida, la cual no pudo aprovechar para llevar adelante un proceso de crecimiento.

Más allá de que hubo una reactivación en la primera década del 2000, duró poco y todo ese proceso afortunadamente lo hicimos con muchas convulsiones políticas, pero con democracia.

Perú tiene una dirigencia política que le permite, mediante su Constitución, hacer estos procesos de recambio o de inestabilidad política con presidentes presos y otros suicidados. Encontraron que podían tener un procesos sostenido de estabilidad macroeconómica e integración de los sectores de pobreza a las clases medias. 

No tiene los problemas que tenemos, pero tampoco tiene el volumen productivo y de clases medias de Argentina. Ellos se modernizan y nosotros involucionamos. 

Un dato que relevamos es que se multiplicaron los problemas sociales y éstos crean una externalidad en los sectores populares. Los hogares pobres lograron tener actividades informales, pero son muy precarias y con empleos de la economía de la pobreza que reproducen condiciones de marginalidad de educación, salud y hábitat.

¿Será también que lo que consideramos pobreza está afectado? ¿Es para bien de los argentinos que tenemos la vara más alta en algunos aspectos?

En algunos corresponde. Los niveles de pobreza medidos por ingresos no son comparables entre todos los países por la estructura de sistema de precios y los parámetros que se considera. En todos los países, cuando se mide la pobreza por ingreso, se busca cuál es el ideal al que habría que llegar.

Argentina está en medio de un conjunto de escenarios cuando hace 30 o 40 años experimentaba pobrezas mucho más baja que el resto de los países. 

Nuestro país, comparado con otros, no está tan mal.

También es cierto es que hay algunos fenómenos que hay que tener en cuenta. La Villa 31, por ejemplo, superó la calidad de vida que en la Favela, aunque como estas hay muchas en el conurbano profundo o en las ferias metropolitanas de Rosario, Mendoza y Tucumán. Son segmentos que emigran a la ciudad de las zona rurales, todavía más pobres, que encuentran alguna ventaja, pero siguen teniendo una situación de mucha marginalidad.

Hablo con gobernadores y dicen que en los ’70 no se medía la pobreza rural y lo que se agregó en el conurbano en los últimos 50 años es gente que antes estaba y no se la medía.

Es hábil la observación desde el punto de vista político. Nunca se midió ni se mide la pobreza rural hoy. Es cierto que también se tiene la zona rural moderna y empobrecida.

Hace 15 años que venimos de estancamiento y eso hace que se agrave la realidad del conurbano. Incluso en los ’70, la sociedad era absorbida por el trabajo y luego comenzó la desindustrialización y la recesión, y se promovió más el consumo que la inversión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *