Sin lugar a dudas, aquellas personas que en algún momento de sus vidas tuvieron en su posesión dólares, no pudieron evitar advertir que los billetes tienen un color muy particular. Incluso, el tono del papel moneda estadounidense genera que esta divisa sea llamada de forma informal como “los verdes”.
Si bien aseguran que “no se puede dar una explicación definitiva de la elección original”, sí informan que cuando en 1929 se introdujeron los billetes de tamaño pequeño, se decidió continuar usando el verde, porque “el pigmento de ese color estaba fácilmente disponible en grandes cantidades”.
Ese año, los billetes se estandarizaron y, en un esfuerzo por reducir los costos de fabricación, comenzaron a imprimirlos un 30 por ciento más pequeños: de medir 18,71 x 7,9 centímetros, pasan a 16,25 x 6,6 centímetros. Además, se instituyen diseños estandarizados para cada denominación.
Asimismo, desde el ente gubernamental argumental que el color verde tenía una “resistencia relativamente alta a los cambios químicos y físicos”, por lo que se supone que el billete es más duradero y confiable.
Además, en la web oficial indican que “el verde se identificó psicológicamente con el crédito fuerte y estable del gobierno”, algo que las administraciones tienen como intención transmitir con su papel moneda.
¿Cuándo apareció por primera vez el billete verde?
En 1861, para financiar la Guerra Civil, el Congreso de Estados Unidos autorizó al Departamento del Tesoro a emitir pagarés a la vista sin intereses, con los valores 5, 10 y 20.
Estos billetes se ganaron el apodo de “billetes verdes” debido a la tinta verde en el reverso.
Luego, se continuó utilizando la coloración verde para las impresiones, hasta que en 2003 se rediseñó el billete de 20 dólares con colores de fondo sutiles de verde, durazno y azul. Lo mismo sucedió con el de 50 en 2004, cuando se sumaron los colores de fondo azul y rojo.
En 2013, el billete de 100, con la efigie de Benjamin Franklin, fue rediseñado y, además de añadirle nuevas medidas preventivas—como una cinta de seguridad, una imagen que cambian de color y una marca de agua— el papel moneda abandonó su característico verde y comenzó a ostentar tonalidades azules.
¿De qué está hecho el billete de dólar?
Si bien el billete parece un simple papel, es decir, realizado con la clásica pulpa de celulosa, en verdad no está confeccionado de esa forma, aunque sí posee fibras vegetales.
De acuerdo con la información brindada por el organismo encargado de hacer las impresiones, “el papel moneda se compone de 75 por ciento de algodón y 25 por ciento de lino”. Gracias a esa combinación de materiales, los billetes estadounidenses son muy duraderos.
Incluso, según el ente gubernamental del país norteamericano, se necesitarían alrededor de 4000 dobleces (primero hacia adelante y luego hacia atrás) antes de que un dólar se rompa.
Asimismo, el peso aproximado de un billete, independientemente de su denominación, es de un gramo.