El amor entre los mercados financieros y Brasil mostró signos de ruptura en la primera jornada financiera del 2023: las acciones en la Bolsa de San Pablo perdieron más del 3%, Petrobrás cayó 6% y el dólar trepó 1,5%.
Las primeras declaraciones de Lula como presidente atemorizaron a los inversores dado que mantiene su postura de una mayor intervención estatal en la economía, revirtiendo la política llevada a cabo por su antecesor, Jair Bolsonaro.
A los inversores en mercados emergentes, los seducen los países con las cuentas públicas en orden. Aseguran el repago de la deuda, baja inflación y estabilidad macroeconómica.
Las primeras afirmaciones de Lula en la ceremonia de asunción el domingo pasaron por críticas al techo del gasto público, a la reforma laboral y a una política económica basada en la mayor intervención estatal.
Adicionalmente, mantuvo la exención de impuestos federales a los combustibles por 60 días, una medida que también afecta las cuentas públicas del país vecino.
Quien también desencantó inversores fue el ministro de Hacienda, Fernando Haddad. Embistió contra Paulo Guedes, ministro de Bolsonaro, señalando que sus medidas fueron «deliberadamente irresponsables» y que «contrariaron el sentido común».
Entre los decretos firmados por Lula apenas asumió figuran el retorno de un plan de asistencia social para pagar a 21 millones de brasileños cerca de u$s 100 por mes, la creación de nuevos ministerios y otras medidas para dejar sin efecto disposiciones en la gestión de Bolsonaro.
El real estuvo entre las monedas de mejor perfomance en 2022 entre los países emergentes con subas del orden del 8% contra el dólar. En la primera jornada del 2023 la moneda norteamericana trepó 1,5% a 5,35 reales.
En la Bolsa de San Pablo, las órdenes de venta se posaron sobre Petrobras que cayó 6%, afectada por el freno dispuesto por Lula a las privatizaciones. Los bancos como Itaú y Bradesco tuvieron bajas de 3% en promedio.
¿Puede afectar a la Argentina este «efecto Lula»? La Argentina cuenta con problemas muy superiores a los de la economía brasileña, y de hecho se haya aislada de los mercados internacionales con el crédito cerrado en el exterior y restringido en la plaza local.
El impacto vendría por el lado del menor crecimiento que pueda llegar a tener Brasil, y por ende de la demanda de productos argentinos. Brasil explica el 15% de las exportaciones argentinas. Pero la Argentina es poco relevante para Brasil: sólo explica el 6% del total de las ventas del país vecino. La economía difiere del fútbol.
