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Matrimonio cuida a chicos sin hogar: uno de sus hijos murió y temen que le quiten a otro

Pablo Lanús y Elena Moreno Vivot, un matrimonio de General Madariagaque auspicia de tránsito para aquellos niños y niñas sin hogar que buscan ser adoptados, están viviendo un verdadero calvario.

La pareja sufrió la pérdida de Santiago, uno de sus hijos a quien se le cayó una rama en la cabeza el 7 de enero y murió en el acto. Mientras tanto, se encuentran luchando para mantener la crianza de un niño que está por cumplir 4 años y a quien cuidaron prácticamente desde que nació, porque la Justicia todavía no le encontró una familia.

Todo comenzó en 2019, cuando los Lanús-Moreno Vivot decidieron adentrarse en un proyecto solidario que consistía en convertirse en “familia de tránsito”. A pesar de tener cinco hijos (Marcos, Alfonso, Catalina, Mateo y Santiago), querían compartir su amor con aquellos pequeños que no tuvieron las mismas posibilidades que ellos.

“Siempre trabajamos los dos. Yo medio tiempo, porque me dedicaba mucho a mis hijos. Pero era un tema muy hablado entre nosotros. En 2018 fue un buen año en el trabajo de Pablo, que tiene una empresa que alquila vajilla, y eso me permitió dejar de trabajar. Entonces dijimos ‘animémonos’”, explicó Elena.

Santiago Moreno Vivot tenía apenas 6 años. (Foto: Facebook /nanoledesma)
Santiago Moreno Vivot tenía apenas 6 años

Por su parte, Pablo contó cómo fue el proceso de llevar adelante el proyecto. “Teníamos muchos miedos. Sobre todo nos preguntábamos cómo le iba a afectar nuestra decisión a nuestro hijo menor, Santi, que tenía 3 años. Un día nos pusimos en contacto con un hogar para chicos de San Isidro. De ahí nos derivaron a una oficina del Servicio Zonal y finalmente fuimos inscriptos en el programa Familias Solidarias. Terminamos los trámites en mayo de 2019″, relató.

Dos meses después los llamaron para decirles que había un bebé de 4 meses al que podrían darle abrigo de forma transitoria. Al ser menor, no pueden revelar su nombre ni exponerlo en fotos. Por eso, Elena pidió que lo llamen José, “porque lo encomendé a San José, patrono de la familia”, reveló.

La pareja pensó que iban a ser solo algunos meses los que José iba a estar a su cuidado. Sin embargo, pasaron casi 4 años, durante los cuales el matrimonio tuvo que brindarle una contención especial, ya que se trataba de un menor con retraso madurativo.

La ley dice que el límite son 180 días, pero nunca se cumple. Es imposible resolver la causa de un chico y encontrarle una familia en seis meses. El promedio es de un año. Eso fue lo que nos dijeron, pero pasó mucho más”, contó Elena.

Con el correr del tiempo, y al ver que el niño seguía creciendo con ellos y le iba a costar adaptarse a otra familia, decidieron empezar los trámites de adopción. Lo mandaron al mismo colegio donde llevaban a sus hijos y lo contuvieron todo lo necesario. Por eso, el matrimonio transformó su vínculo “transitorio” en lazos más fuertes.

“Al principio tratamos de impedir que nos llame ‘papá’ y ‘mamá’. El primer año pensamos que en cualquier momento sonaría el teléfono y nos dirían ‘tenemos una familia para José’. Pero nadie nos llamó. Así pasaban los meses”, sostuvo Elena.

Y añadió: “La asesora de menores, Cinthya Sánchez, se opuso desde un principio a que lo adoptemos. Ella nunca nos conoció, jamás pisó nuestra casa. No sabe cómo vive José, dónde duerme, cuál es el trato que tiene con mis otros hijos, a quienes trata y quiere como hermanos. Ella se atiene al libreto que dice ‘no se puede’, y jamás consideró todas las particularidades del caso. ¡Tres años y medio estuvo José con nosotros!”.

Los últimos movimientos de la causa le generaron un dolor de cabeza a la familia Lanús-Moreno Vivot, ya que cambió la jueza que interviene y, en poco más de 15 días, la magistrada resolvió que deben entregar a José dentro de las próximas 24 horas en un servicio zonal, que le iban a buscar una familia después de 4 años.

De acuerdo al informe de la asistente social, José no está preparado para otra desvinculación. Y, aunque Pablo Lanús y Elena Moreno Vivot no tenían la idea de sortear el proceso de adopción, ya que ellos quisieron ser solo familia de tránsito, el sistema no funcionó y ahora deberán actuar para que el niño no sufra y corra el riesgo de quedarse sin familia.

La Justicia está obligada a escuchar a José, tiene las herramientas para comprenderlo, pueden interpretar la voluntad y el deseo de José. Ya no importan los errores de la Justicia o los nuestros como familia en tránsito primerizos: el bien superior en la Justicia de familia es el niño”, recalcó Pablo.

La peor pérdida que puede sufrir un padre

Santi tenía 6 años cuando una desgracia le truncó la vida. El 7 de enero, el menor estaba comiendo junto a sus familiares en un campo de General Madariaga donde solían hacer reuniones y una gran rama se le cayó en la cabeza.

“Estábamos almorzando, con la familia grande, éramos seis matrimonios con sus hijos. Como siempre, nos sentamos bajo un eucaliptus, toda la vida comimos ahí. De repente sentimos el ruido de una rama que se rompe. Grito: ‘¡Corran! ¡Corran!’. Fueron décimas de segundos. Salí para un lado, Santi corrió para otro lado… y la rama le cayó justo sobre la cabeza. José estaba a su lado, como siempre. Yo atino a levantar la cara de Santi, estaba sangrando por todos lados”, relató Pablo a La Nación.

Pablo Lanús y Elena Moreno Vivot. (Foto: Rodrigo Nespolo de La Nación)
Pablo Lanús y Elena Moreno Vivot

En medio de los gritos desaforados y en un estado de shock, el cuñado de Pablo llevó al niño al hospital, pero llegó sin signos vitales, ya que el golpe había sido demasiado fuerte que le destruyó la cabeza.

Tenemos miedo de que la Justicia nos arrebate otro hijo. Con todo el dolor adentro, vamos a dar esta batalla. Santi nos acompaña desde arriba, porque quería a su hermano menor más que nadie”, aseguraron.Play Video

La familia se Santiago le dedicó una conmovedora canción de despedida

Un pedido solidario

Atravesados por el dolor, los allegados de Pablo y Elena comenzaron con un pedido solidario a través de la página web change.org para intentar que la Justicia pueda permitirles adoptar a José.

La misión se llama “Firmá para que ‘José’ se quede con Pablo y Ele”. Ya juntaron más de 20.000 firmas.

Para sumarse a la campaña y acompañar a la familia, se puede acceder haciendo click acá.

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