Hoy hay cuatro temas que dominan la economía y de los que hace ya tiempo no podemos escapar. La inflación y el acceso a dólares son dos de ellos.
– ¿Y los otros dos?
– Acceso a dólares e inflación
Sin quitarle una décima de seriedad al tema, algunos integrantes del equipo económico tratan de ponerle al menos un poco de paños fríos a los dos grandes temas que dominan la economía en la Argentina, y donde siempre los esfuerzos parecen pocos.
Hay otros temas que merecen mucha atención, pero estos dos coparon la escena hace demasiado tiempo
El ministro de Economía, Sergio Massa, quedó atado al blanquear su exceso de optimismo y decir que para abril o mayo la inflación «comenzará con 3».
Dentro del Gobierno saben que ese sueño ya no será posible. Ven que en febrero los precios se vuelven a mover entre 5% y 6%, con el agravante de que ya se lanzó toda la artillería de Precios Justos y los efectos paliativos que deberían tener el programa todavía no se hacen notar.
¿El sueño de que «la inflación empiece con 3» está terminado? Dentro del Gobierno lo ven «muy lejano» para abril-mayo, y afirman que difícilmente se de a lo largo de 2023. Sí se espera que lleguen algunas buenas noticias desde algunos sectores y en ocasiones puntuales, pero nada que haga posible el sueño del 3%.
Y si de medir la inflación se trata, el Indec prepara cambios. «No son para ya; es imposible cambiar un sistema en poco tiempo, pero sí está el proyecto de cambiar las mediciones. Hay algunas cosas que ya quedaron un poco viejas y está bien que se piense en un cambio», afirmaron fuentes oficiales.
Esto no será este año, sino que se trata de un proceso largo. Pero sí se coincide en que el sistema de medición quedó algo desfasado.
El ingreso -y la salida- de dólares es otra de las grandes peleas que da el Gobierno. La demanda de divisas por parte de las empresas de consumo masivo suma por año unos u$s 2400 millones para la importación de insumos, y la idea es que esa cifra se vaya achicando.
Esto viene ocurriendo hace algunos meses, pero Economía apuesta a que se puede continuar reduciendo el éxodo de dólares.
Del otro lado, el del ingreso de divisas al país, la gran apuesta es el Gasoducto Néstor Kirchner, aunque sus efectos recién se verán el año que viene. En primer lugar por lo que generarán sus exportaciones, y por el otro a raíz de la menos compra que se prevé de hidrocarburos.
Hasta ese momento, no se espera que la situación de las reservas -y como consecuencia de esto, de la disponibilidad de dólares para importar– varíe demasiado respecto de lo que se viene observando.
Para este año lo que se espera en Economía es que se repitan algunas de las fórmulas de 2022. El campo exige una tercera edición del dólar soja, y las chances de que se vuelva a habilitar un tipo de cambio especial para el campo es importante. Sin embargo, se sabe que la sequía generará una baja en la producción, lo que también pegará en la capacidad exportadora del sector.
Sin embargo, para que esto ocurra habrá que esperar a ver cómo evolucionan dos variables. Por un lado, el equilibrio de la balanza comercial, y por el otro la normal provisión de productos al mercado local, «para evitar que todo se vuelque a la exportación».
