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Massa a la caza de los indecisos

La versión 2023 de Unión por la Patria llevó a Sergio Massa a Catamarca, en un gesto a Raúl Jalil, el gobernador que puso la cara a nivel nacional reclamando una fórmula de unidad cuando otros empujaban sin asomar la cabeza. A la inversa, los dirigentes nacionales no aparecieron por Santa Fe, anticipando una casi segura derrota. Ni el rosarino Agustín Rossi viajó en la previa.

El peronismo siempre arranca en el norte sus actos proselitistas mientras que Juntos por el Cambio apuesta por la zona núcleo, con cabecera en Córdoba y Santa Fe. En 2019 Alberto Fernández dio el puntapié inicial en Tucumán y Cristina Kirchner, con la excusa de presentar su libro, en Santiago del Estero y Chaco. 

Eduardo ‘Wado’ de Pedro representa el madrinazgo K en un rol que lo deja más como un compañero de fórmula que un jefe de campaña. La visita a Catamarca fue una fiesta para arrancar bien arriba, el mismo día en que el índice de inflación marcó una baja que no alcanza pero da un respiro al massismo.

De campaña en Catamarca: el debut de «Wado» de Pedro como articulador de Sergio Massa en el interior

El ministro Massa es realista, aunque se haya hecho el distraído por pura estrategia. El jueves en San Martín un periodista le preguntó al término de un acto con múltiples inauguraciones cuál era su opinión sobre el índice de precios que acababa de informar el Indec. «¿Qué número? No sé, ví que Malena (Galmarini) me hacía señas», respondió. 

Juega el mejor juego que sabe jugar, además del político, y para amortiguar los golpes se mantiene públicamente lejos del barro. Su estrategia es atacar, no defenderse. Por eso apuntó a la oposición y al FMI y no habló ni de Santa Fe ni de Jujuy. Lo que sí hizo fue volver a hablarle al kirchnerismo y al votante al que no termina de seducir ni Juntos por el Cambio ni el libertario.

Un dato clave en las encuestas

Sergio Massa anunció créditos a jubilados y el incremento en las becas Progresar junto a Raverta de Anses

Las últimas encuestas dan casi empate técnico en las PASO pero con un número de indecisos que inclinarían el resultado a favor o en contra. Por ejemplo en el último estudio de CB Consultora, Juntos por el Cambio suma 33,8 %y Unión por la Patria 29,1% pero 6.5% respondió que no sabe a quién votará. 

El número de indecisos sube en la encuesta de julio de Zubán Córdoba a 8,6% cuando a Milei le da un 24,5% de intención de votos; a Massa 25,1% (sin contar a Juan Grabois); a Horacio Rodríguez Larreta, 16,4% y a Patricia Bullrich, 13,3%. Para Opina Argentina hay empate entre los adversarios de JxC en 15 puntos cada uno mientras que Massa llega a 26% (¿se suman los 3 puntos de Grabois?) y Milei, a 22%. Los indecisos en este caso son el 7%.

La oposición desempolvó el fantasma de la cuarentena y aprovechó que este viernes cumplía años la primera dama Fabiola Yáñez para volver a viralizar su festejo en la quinta de Olivos durante el confinamiento estricto. Aunque no dejan de criticar al ministro de Economía todavía están más concentrados en la pelea interna.

El macrismo siente como una claudicación la renuncia de Franco Rinaldi en la lista de legisladores de la Ciudad. La venganza arrancó de inmediato y tras la confirmación de la precandidatura de Jorge Macri -gracias al fallo dividido del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad- los halcones reiteraron sus críticas al voto simultáneo en un cuarto oscuro para la boleta nacional y en una máquina para la opción local. 

Dicen que habrá demoras y que mucha gente se quedará sin votar. Ocurrió en abril en Neuquén donde hubo largas colas pero no votantes sin poder ejercer su derecho y deber. En ese escenario Martín Lousteau saborea como un triunfo la salida del polémico Rinaldi y apuesta un pleno a Maximiliano Pullaro en Santa Fe contra Carolina Losada.

El impacto nacional de la crisis de Jujuy

El espectáculo porteño no influye en el peronismo de la Ciudad pero sí su nacionalización. A Unión por la Patria le conviene esa vidriera y no mirarse en su propio espejo. Jujuy por ejemplo. Por lo menos en cuatro oportunidades desde el año pasado hasta este viernes el senador Guillermo Snopek reclamó a Alberto Fernández la intervención del PJ jujeño lo que finalmente ocurrió este viernes. 

Si no hubiera sido por el voto peronista Gerardo Morales no hubiera logrado aprobar la ley de necesidad de la reforma constitucional ni la Constituyente hubiera sancionado la nueva carta magna que derivó en manifestaciones, escenas de violencia y represión.

El presidente del partido al que acaban de correr es Rubén Rivarola, un importante empresario que hasta entró en la categoría del Aporte Solidario y que además fue el candidato a gobernador en Jujuy y ahora a senador nacional por Unión por la Patria. Su excompañera de fórmula, Carolina Moisés, se alzó contra él. 

Por disciplina partidaria aguantó y lo acompañó en la campaña por la gobernación pero sus dos representantes en la Constituyente renunciaron en medio del proceso mientras que Rivarola ayudó al gobernador. Moisés terminó aliada con Snopek que el miércoles no bajó al recinto del Senado. Junto con otro que se sintió traicionado, Edgardo Kueider, frustró la sesión en la que el kirchnerismo quería designar 75 jueces, fiscales y defensores.

Cristina Kirchner intenta sesionar para aprobar un polémico pliego judicial – El Cronista

El entrerriano Kueider viene reclamando ser escuchado desde que aportó un voto clave para la interrupción voluntaria del embarazo. Desde entonces brega por beneficios en la tarifa energética de su distrito. Esta semana le prometieron avanzar, dejó a su familia con la que compartía vacaciones en Salta y desoyó las advertencias de su mujer, advertencias que recordó cuando en comisión no se dictaminó su proyecto. Estaba enojado, no «resfriado» como se oyó irónicamente en el recinto.

Tampoco de eso habló Massa, que prefiere dar buenas noticias con Fernanda Raverta, de Anses; o con Gabriel Katopodis de Obras Públicas o con el ministro de Transporte Diego Giuliano que responde al Frente Renovador. Con el Presidente Alberto Fernández no volvió a compartir escenario. 

En los próximos días el ministro candidato seguirá recorriendo las provincias con el esquema que arma el ministro del Interior Wado de Pedro.

Sergio Massa arrancó su raid por las provincias junto a Raúl Jalil, el gobernador que empujó la unidad

En el debut les fue bien. Mimetizados hasta en el vestuario, Massa y De Pedro volaron juntos de ida y de regreso, alzaron bebés y animaron la Fiesta del Poncho y una cena en la que el ministro de Economía cantó. El clima amable y amigable fue la antítesis del círculo en el que se mueven en Buenos Aires entre discusiones con el FMI y la city porteña. 

Hasta subieron a la misma nave a dos viejos adversarios, Julián Domínguez Aníbal Fernández que confrontaron por la precandidatura a gobernador en 2015 cuando Florencio Randazzo le dijo que no a Cristina Kirchner y se fue a su casa.

Si fuera por ese entorno, Massa sentiría que gana las elecciones de este año. Si fuera por lo que ve en los medios o en las redes, habría balotaje y Patricia Bullrich sería su adversaria. «Las encuestas dan todas diferentes pero a nosotros en privado los consultores nos dicen que la gente no está contestando asique estamos a ciegas», admite un importante dirigente que integra la mesa de campaña de la provincia de Buenos Aires y que se convenció de que hay que votar a Massa. 

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