El Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Chaco confirmó este jueves que la sangre humana hallada en el asiento trasero de la camioneta de César Sena no pertenece a Cecilia Strzyzowski, en lo que fue la última pericia genética que quedaba por resolver dentro de la investigación del presunto femicidio.
Así lo confirmaron fuentes judiciales. Se trata de una pericia realizada sobre el asiento trasero de la camioneta Toyota Hilux perteneciente a Sena, que los fiscales creen que habría sido utilizada luego del crimen para trasladar el cuerpo de la joven el día 2 de junio por la tarde-noche.
Desde la fiscalía le restaron importancia al resultado. «Ya lo sospechábamos. Esas muestras se levantaron en los asientos de atrás y en nuestra teoría el cuerpo de Cecilia lo trasladaron en la caja«, respondieron ante la consulta.
Es una pericia que había estado en el centro de la polémica, ya que se había demorado por la falta de un reactivo clave para poder confirmar si el ADN era compatible con el de Cecilia. El 27 de julio el IMCiF ya había confirmado que la sangre efectivamente era humana.
Hace 10 días ese mismo instituto había confirmado que una tanda de huesos hallados en el Río Tragadero no eran humanos, lo que tiró por tierra la última chance de encontrar restos del cuerpo de la joven desaparecida.
Al momento, las pistas «genéticas» más fuertes son dos: una serie de huesos encontrados en ese mismo río (una falange de la mano, otra del pie y un metatarso), que el IMICiF confirmó como humanos, pero en los que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) no pudo hallar rastros genéticos para hacer un ADN. Estaban demasiado carbonizados.
La otra son las manchas de sangre encontradas en uno de los cuartos del domicilio de los Sena, que efectivamente pertenecían a Cecilia. Las mismas estaban en el piso del cuarto, en un colchón y en el respaldo de una cama, los cuales habían sido sacados de la casa y donadas al barrio Emerenciano días después del crimen.
Reunión entre Gloria y Capitanich
A la par, este jueves por la mañana el gobernador Jorge Capitanich recibió a Gloria Romero, mamá de la joven desaparecida, para ponerse a disposición de la familia, más de dos meses después del crimen.
Fue una reunión que tuvo lugar a partir del pedido de Alberto Fernández, quien había tenido un encuentro de casi dos horas con Romero durante su viaje a Chaco de hace unas semanas.
La madre de Cecilia le dio una lista de planteos respecto a los movimientos sociales, especialmente en torno al Barrio Emerenciano, núcleo de poder del clan Sena. Romero estuvo acompañada por el abogado Fernando Burlando, que viajó a Chaco para acompañar a la madre.
Romero hizo una serie de pedidos vinculados a la propiedad de las viviendas, para pedir que puedan pasar a manos de los vecinos del barrio. Según entiende, las mismas pertenecen a los Sena y sus militantes, por miedo a perder sus casas, obedecen los pedidos del piquetero.
Desde el gobierno se comprometieron a regularizar los dominios del barrio durante el próximo mes. «El lunes pasado declaramos la emergencia habitacional a través de un decreto con el objetivo de optimizar los procesos y dar mayor nivel de serenidad. Le hemos manifestado esto tanto al doctor Burlando como a la señora Romero nuestro compromiso en este sentido”, sostuvieron desde el gobierno.
También hablaron de la situación legal de la Fundación Saúl Acuña, que el mandatario se comprometió a disolver una vez finalizado el proceso de auditoría que lleva adelante el Gobierno provincial.
Romero además desmintió un rumor que se instaló en las últimas horas, respecto a una descompensación que habría sufrido. «Estoy bien, salí y apagué el celular», dijo Gloria a este medio.
