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Crecieron las alergias a los alimentos en Argentina

La investigación en inmunología todavía no pudo esclarecer por qué algunas personas, independientemente de la edad, reaccionan mal a ciertos alimentos. Pero las alergias alimentarias están en ascenso en Argentina.

Ya las tiene entre el 1% y el 2% de la población nacional, y el número asciende al 10% entre niños y niñas.

A la par de que no existe una cura, los diagnósticos -no siempre precoces- y los tratamientos -no siempre accesibles- cada vez son más precisos para mejorar la vida de estos pacientes.

En su misterioso y sigiloso camino hacia arriba, por estos días las alergias alimentarias tuvieron atención mundial.

Un fármaco inyectable llamado Xolair -el principio activo es omalizumab-, que se utiliza desde hace décadas para tratar el asma alérgica y la urticaria, acaba de ser aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) -que es como nuestra Anmat- para tratar también las alergias alimentarias en adultos y niños mayores de 1 año.

En el estudio de revisión, redujo drásticamente el riesgo de reacciones potencialmente mortales en niños con alergias graves que estuvieron expuestos a pequeñas cantidades de maní, castañas, leche y huevos.

Lo más destacado del anuncio es que se trata del primer tratamiento que disminuye significativamente las posibilidades de desarrollar anafilaxia, la alergia generalizada que provoca que el cuerpo entre en shock frente a una exposición accidental a los alimentos detonantes.

Este anticuerpo monoclonal, de alto costo, actúa uniéndose a la inmunoglobulina E -el anticuerpo responsable de desencadenar reacciones alérgicas- y bloquea su acción.

Aunque no va a permitir el libre consumo de los alimentos que las provocan, su uso repetido ayuda a reducir el impacto en la salud si ocurre una exposición accidental. Un miedo que muchas veces se convierte en invalidante en estos pacientes, que evitan asistir a resturantes, fiestas o, incluso, comer en un avión.

La reciente aprobación de Xolair para tratar algunas alergias alimentarias estuvo a cargo de la FDA y se circunscribe solamente a EE.UU.

Novartis, el laboratorio que desarrolla el medicamento, va a evaluar a nivel global la ampliación de esa aprobación.

En Argentina no se presentó la solicitud ante la Anmat para que también se indique para tratar pacientes con alergias alimentarias.

Hoy acá está aprobado para el asma alérgica moderada o severa en adultos y niños de más de 6 años que no están controlados con corticoides inhalatorios; para pólipos nasales en mayores de 18 con baja respuesta a corticoesteroides intranasales; y para quienes tienen urticaria crónica espontánea.

“Ahora es el boom de los anticuerpos monoclonales, que son bastante costosos, como esta droga que se va a usar en EE.UU. para quienes tienen mala respuesta al tratamiento convencional con los antihistamínicos, la difenhidramina, el montelukast (los mismos utilizados acá). Por este alto costo de las ampollas, habría que ver en qué casos sería adecuada su prescripción en el país”, dice Celeste Celano, jefa de Pediatría del Sanatorio Modelo de Caseros.

Un alergista consultado en esta nota también sugiere no caer en la ansiedad de empezar a pedir las recetas para incorporar este fármaco al tratamiento. «No hay experiencia acá en el país, es muy caro y tiene indicaciones precisas», señaló.

Por qué crecen las alergias alimentarias

“La prevalencia va en aumento y se asocia a la contaminación ambiental, a la alimentación, al nivel de estrés y a las infecciones. Factores que juegan un rol muy importante en esta frecuencia, porque alteran la microbiota intestinal. Generan reacciones inmunológicas a los alimentos, lo que predispone a las alergias”, dice Silvana Monsell, directora de Comité Científico de Pediatría de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).

Las manifestaciones más leves tienen que ver con el enrojecimiento alrededor de la boca, en una mejilla, en la panza, la espalda o el pecho. Las más importantes, con el aparato respiratorio. La glotis se cierra y empieza a faltar el aire.

No hay factores predictivos que permitan anticiparse a estas alergias.

La clave, dice Monsell, es un diagnóstico temprano, que muchas veces se dilata porque presenta síntomas compatibles con otras afecciones gastointestinales y respiratorias.

“El tratamiento que se utiliza en el país tiene dos pilares: uno es la dieta, que consiste en la eliminación del alimento implicado en la alergia, y la educación del paciente y familia para evitar esa exposición; y la otra herramienta es la inmunoterapia oral, que busca que los pacientes puedan tolerar ese alimento, intentando modificar la respuesta del sistema inmunológico”.La alergia al maní es una de las más frecuentes.

El objetivo de los medicamentos orales es aumentar el umbral que pueda generar una reacción alérgica. Brindar protección contra la ingesta accidental de ese alimento. Mismo horizonte que, según la FDA, alcanzó el fármaco inyectable ya conocido para controlar el asma grave.

“Con el consumo de tantos alimentos ultraprocesados, con tantos conservantes y colorantes, la parecita de nuestro intestino está más permeable a elementos para los que normalmente no debería ser permeable, y aumentan las alergias. Cambia el sistema inmunológico, que está dominado en gran parte por esa microbiota intestinal”, amplía Celano.

Ocho alimentos causan la mayoría de las alergias alimentarias: la leche, el huevo, el trigo, el maní, las almendras y otros frutos secos, los mariscos y pescados y la soja.

“Pero de todos ellos, La alergia a la proteína de leche de vaca es la más prevalente en Argentina. El huevo es el alérgeno que se lleva el 20% de los casos y los mariscos tienen un 5% de prevalencia”, puntúa Monsell.

En la edad preescolar se confirma la gran mayoría de estas alergias. Aunque en todas las edades se es susceptible de manifestarlas.Los huevos pueden ser otro de los desencadenantes de las alergias. Foto: Shutterstock.

Un factor que las predispone es la disminución de la lactancia materna, un enorme protector de la microbiota para el resto de la vida.

“Notamos la incorporación en edades tempranas de la leche de vaca y los lácteos. No debería ocurrir antes del año de vida. Muchas familias incorporan las fórmulas de manera precoz y también hay un desconocimiento por parte de los pediatras que las indican”, advierte Celano.

La alergia a la proteína de la leche de vaca tiene un síntoma que debe ser un alerta para las familias: sangre en la materia fecal de los chicos. Pero también pueden ser vómitos, diarrea, urticaria, eccema, cólicos abdominales y picazón.

“Esta alergia aparece en los lactantes, incluso en quienes sólo toman leche materna, porque la madre puede pasarle al bebé sustancias que pertenecen a la proteína del lácteo de vaca”.

Ante esa manifestación, se investigará la causa de ese sangrado y la próxima consulta médica será con un especialista en gastroenterología y un alergista.

Una vez confirmada la alergia en un bebé, la madre eliminará los lácteos de su dieta mientras dure la lactancia, teniendo en cuenta que no es sólo dejar la manteca, la leche y los lácteos, sino que esa proteína puede estar en muchos elementos ultraprocesados, como las galletitas y las golosinas.

En el caso de los bebés, tomarán una leche de fórmula específica para quienes son alérgicos.

La toma de antibióticos “indiscriminada” en la población pediátrica es otro factor que predispone a las alergias.

“Automedican a los chicos ante cuadros virales, cuando no requieren antibióticos. Eso cambia la flora intestinal, tan importante para la prevención de estas alergias”, dice Celano.

Cuando se detectan en personas adultas, delimita, «en general ya tenían alergias alimentarias durante su niñez, que quizás con el tiempo fueron desapareciendo o se fueron transformando en alergias a otras sustancias”.

Además de constituir un problema de salud pública, desde el consultorio se diagnostica a las alergias alimentarias como un problema de salud ambiental y familiar.

“La dinámica social se ve completamente alterada. Porque todo lo que tiene que ver con vincularse a través del alimento, en reuniones, en restaurantes, en el colegio, se ve totalmente afectado. Se vuelve difícil lo que tendría que ser tan simple”, explica.

¿Por qué en EE.UU el principal alimento detonante es el maní y acá es la leche? La prevalencia del tipo de alergia en cada país va a depender principalmente de la zona geográfica donde se encuentre, por su relación con los hábitos culturales de alimentación y los niveles de higiene.

De hecho, marca Monsell, “hay un alto porcentaje de pacientes con múltiples alergias a alimentos». La combinación más frecuente de alérgenos en el país es la leche y el huevo.

En España, por ejemplo, el porcentaje de la población con estas alergias es mayor, entre el 1% y el 3%. Cifra similar al resto de Europa, y el alimento que más la produce son las frutas.

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