El papa Francisco se refirió este martes a la ola de violencia ligada al narcotráfico en Rosario y llamó a «rehabilitar la política» para terminar con la corrupción: “Sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación».
El Papa pone el dedo en la llaga. Porque cuando la justicia funciona y se castigan a los que violentan las normas se quitan los incentivos a las conductas ilegales.