El Senado de la Nación para Mieli es una bolsa de trabajo para vagos y personas poco productivas. Sabe que muy pocos con su inteligencia, diligencia y esfuerzo mantienen la actividad parlamentaria.
Como no se controla asistencia ni productividad muchos Senadores aprovechan para contratar «ñoquis», pagar favores o aprovechar para darle un ingreso a sus parientes directos.
Por ejemplo Beatriz Ávila de Alfaro, la esposa del ex intendente de San Miguel de Tucumán cuenta con 24 asesores. Prácticamente una PYME política. La pregunta es qué especialidad o conocimientos tienen los que la asesoran, por qué tantos asesores, si fuera con el dinero de su bolsillo contrataría a tantos.
Juan Manzur en cambio tiene 7 asesores. Por el trabajo que realiza y su baja productividad también seguramente le sobran para cebar mate.
Se generó una gran polémica a fines del mes pasado, cuando tomó estado público que el Congreso había autorizado otorgar un aumento de casi el 30% a los empleados.
Según información oficial, el crédito inicial para el funcionamiento del Senado durante 2024, es de $66.121 millones. El documento reporta que los gastos de personal, incluyendo a los 72 senadores y los trabajadores de los despachos, bloques y demás dependencias, insumen $61.912 millones al año, es decir, casi el 94% del total del presupuesto. El personal permanente tiene previsto para este año un gasto de $55.063 millones y el temporario de $6.814 millones; a estos valores se suman partidas de asistencia social, bienes de consumo y servicios varios, entre otros ítems.
Por eso fue un escándalo cuando se conoció la noticia que la senadora libertaria Vilma Bedia, había contratado a varios familiares, entre ellos sus hijos, en su despacho y en las oficinas de dos compañeros de bloque, tal como informó Infobae el jueves pasado, situación tras la cual el presidente Milei le ordenó dar de baja a dichas designaciones.
Cada senador en su llegada al cargo dispone de un total de 7.338 módulos para incorporar personal asistente y asesores. Esta atribución se basa en la vigencia de los decretos 362/03 y 520/95. Siendo el valor del módulo de $1.668,59, esa cantidad se traduce en $12 millones por mes, que están a la discreción del senador para la designación dentro de un abanico de puestos que va desde la categoría más alta, la A1, hasta la más baja, la A14. Adicionalmente, cuentan con la opción de contratar personal bajo el régimen de locación de servicios por un período de hasta un año, cuyos honorarios son deducidos del monto total de módulos disponibles. A ese paquete presupuestario se le suma el personal de planta permanente que “hereda”, y que no les consume la cantidad de módulos que reciben.
Los senadores perciben haberes que rondan los $2 millones en neto, contemplando dieta pero además, gastos de representación y por desarraigo para la mayoría que vive en el interior del país. Tributan Ganancias, según se informó desde la Secretaría Parlamentaria.
Al día de hoy, el personal del Senado de la Nación tiene 4.682 empleados, sumando a quienes tienen cargos permanentes, transitorios y contratados.
Sus sueldos varían entre $1.409.962 (categoría A1) y $230.266, la más baja. Estos valores son brutos y sin adicionales, tal como se observa en la última escala salarial vigente desde febrero pasado. No obstante, los montos pueden aumentar, ya que hay que considerar antigüedad, título u otros adicionales, por lo que, como dijo Villarruel, hay trabajadores que perciben un salario mayor que el de un legislador.
Al hacer los cálculos, y teniendo en cuenta lo expuesto, el despacho más oneroso es el del senador Fernando Rejal, del Frente Nacional y Popular, quien suma 36 empleados en planta permanente y 10 temporarios. El costo total de esos sueldos es de $35.711.250 por mes.
La segunda en la lista es María Inés Pilatti Vergara, también del Frente Nacional y Popular, representante de Chaco, quien tiene 40 empleados, de los cuales ocho tienen la categoría más alta. Representan salarios por $35.077.190 por mes, según publica Infobae.