El Ministerio de Salud de la Nación avanzará con la implementación de la vacunación contra el dengue como estrategia de salud pública en las provincias donde la enfermedad se volvió endémica y en las edades que en lo que va de la epidemia en curso están apareciendo más complicaciones. Es decir, de acuerdo con los datos epidemiológicos bajo análisis y en línea con lo acordado por la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain), en las regiones del noroeste y noreste del país y en la población de entre los 20 y 40 años.
Pero esa implementación en las provincias involucradas, entre las que hay jurisdicciones que ya están vacunando a grupos definidos, no será inmediata: una hoja de ruta preliminar prevé que ocurra entre julio y octubre próximos, de acuerdo con información oficial. La definición a mediados del mes que viene de dudas aún por responder –por ejemplo, si habría o no que ampliar la vacunación a los adolescentes– junto con la compra, que sería a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como con las vacunas de calendario, y la logística de distribución a las jurisdicciones estiman que demandará desde abril hasta junio.
“A juicio de la Conain, para poder enfrentar el brote de dengue, no solo el actual, sino la situación epidemiológica de dengue en general es fundamental pensar en una estrategia ampliada. Esto es integrar el control del vector, la atención de los pacientes con normas de seguimiento clínico y análisis de laboratorio y la comunicación para que haya percepción de riesgo”, explicó Ángela Gentile, presidenta de la comisión técnica que asesora a la cartera sanitaria nacional.
Hay zonas, según continuó, donde desde hace tiempo el mosquito que transmite el virus (Aedes aegypti) está circulando y está naturalizada su presencia, como así también la de la enfermedad. Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, sumó a esa estrategia la prevención en general y con el cuidado personal y el uso de repelentes “porque el vector es un mosquito peridomiciliario”.
“La vacuna ocupa un lugar en esa estrategia ampliada de prevención. No va a cortar el brote epidémico actual porque se aplica en dos dosis con un intervalo de tres meses, pero sí es una estrategia a tener en cuenta con un programa de implementación en zonas con alta transmisión viral”, aclaró Gentile.
El Ministerio de Salud nacional está en conversaciones con la OPS para la adquisición de dosis a un valor más conveniente para los países de la región y, a la vez, el organismo con sede en Washington está negociando la compra por volumen con el laboratorio japonés productor de la vacuna Qdenga –la segunda aprobada en nuestro país por la Anmat, pero la única que se comercializa–. Este jueves, en conferencia de prensa, se espera que funcionarios de la OPS avancen en los detalles de esas negociaciones en medio de un aumento regional de casos de dengue.
Hasta la primera semana de este mes, de acuerdo con lo que están notificando las jurisdicciones, en el país se aplicaron 28.078 dosis. La mayoría (23.098) en vacunatorios privados o farmacias, que es la red habilitada para su comercialización desde su aprobación a comienzos del año pasado. Las jurisdicciones donde más demanda hay son la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires en la red de vacunatorios privados, Misiones en la red de vacunatorios públicos y Salta y Santa Fe tanto en vacunatorios públicos como privados. Misiones, por ejemplo, anunció que empezará a aplicar la segunda dosis a la población predefinida por edad (20 y 59 años) el 17 del mes próximo.
La información que va surgiendo de esas aplicaciones junto con la que está produciendo Brasil con la inmunización en menores y otra evidencia que los países analizan con la OPS para responder las dudas aún pendientes (el ensayo clínico del laboratorio productor para la aprobación del producto se hizo en población pediátrica) es la que analizó el grupo de trabajo de la Conain y se presentó en una reunión extraordinaria de este organismo convocada por el Ministerio de Salud. Participaron también los representantes regionales del Programa Ampliado de Inmunizaciones, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, la Sociedad Argentina de Infectología, la Asociación Argentina de Microbiología, la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, la Sociedad Argentina de Enfermería, la OPS y la Defensoría del Pueblo de la Nación.
Hubo acuerdo de los miembros de la Conain en cuatro puntos: avanzar en la implementación de una estrategia focalizada de vacunación contra el dengue con la vacuna disponible en el país, definir como criterio de selección la priorización de los departamentos en las provincias de acuerdo con la incidencia acumulada de la enfermedad y el total de casos, definir la población objetivo por grupo de edad a partir de un análisis técnico e implementar un modelaje prospectivo para identificar los departamentos a incluir para la vacunación. Todo esto, según explicó Gentile, dentro de las herramientas conocidas de control del vector y prevención necesarias para evitar que se repita el próximo verano la epidemia que está atravesando el país.
Gentile se refirió además a las certezas y las dudas que aún quedan por responder sobre la vacuna que está contraindicada en embarazadas o durante la lactancia y en las personas que están inmunosuprimidas porque es a virus vivos atenuados del dengue. De ahí la recomendación de consultar al médico de cabecera previamente. Tampoco existen datos sobre el uso de esta vacuna en mayores de 60 años y los datos son limitados en la población con enfermedades crónicas, como también lo aclara el productor en el prospecto.
“En nuestro país circulan los serotipos DEN1 y DEN2 del virus, mientras que en Brasil circulan los cuatro serotipos. Esta vacuna tiene mejor eficacia para DEN1 y DEN2 y, sobre todo, en personas que ya tuvieron dengue (seropositivos). No demostró eficacia para DEN 3 y DEN4 en las personas sin infección previa (seronegativos) –explicó Gentile–. Es por eso que hay que trabajar fuerte en la comunicación, aun cuando las personas estén vacunadas porque pueden aparecer otros serotipos, sobre todo por la circulación en Brasil, y, también, a veces la vacunación genera una falsa sensación de seguridad y se dejan de cuidar con las otras medidas de prevención.” La vigilancia de laboratorio sobre los serotipos circulantes será todavía más relevante.
Ante la consulta sobre los mayores de 60 años, un grupo de riesgo cuando se define una nueva estrategia de inmunización, Gentile remarcó sobre la vacuna disponible que “necesitaría más datos para las personas de 60 o más, especialmente datos de seguridad”. Comentó que se están haciendo estudios en otros países para distintas edades, incluidos los adultos mayores. “Es una vacuna nueva, seguramente surgirán estudios que establecerá nueva evidencia que ayudará, en el futuro, a los programas de implementación”, finalizó.