El fin de semana XXL arrancó con repelentes XXS: seis días por delante casi sin protección contra los mosquitos que transmiten el dengue, al menos para aquellos que ya habían vaciado los envases ya comprados. El déficit se fue agudizando hasta que justo antes de esta Semana Santa con anabólicos tocó fondo.
Cualquiera que lo haya intentado pudo corroborarlo este jueves: bastaba entrar a cualquier supermercado, farmacia, perfumería o kiosco y acercarse a la zona de cajas para recibir un “no” automático por respuesta, incluso antes de preguntar. Gesto que algunos prefieren economizar mediante un cartel visible con la leyenda “no hay repelente”.
Clarín había publicado en las últimas horas un panorama de esta situación de escasez angustiante para muchos, que hasta ha llevado a algunas personas -según testimonios que recogió este medio- a implementar prácticas tóxicas y completamente desaprobadas, como puede ser rociar la ropa con insecticida.
El laboratorio que tiene más del 80 por ciento del mercado de repelentes y entre su portfolio cuenta con las marcas Off! y Fuji, no había respondido hasta ahora a las preguntas de Clarín sobre las causas de la falta de repelentes en un contexto de alta demanda por la epidemia récord de dengue.
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Finalmente, SC Johnson -de ese laboratorio de Estados Unidos se trata- hizo llegar un comunicado en el que ensaya una explicación sobre por qué no hay repelente en ningún lado. Las versiones que habían circulado anclaban en una posible falta de recipientes o de una materia prima importada y clave para fabricar el producto.
Pero SC Johnson nada de eso mencionó en su descargo, que realizó para tratar de justificar por qué las góndolas que deberían estar provistas de envases naranjas, verdes y blancos están vacías. Una situación que empezó a advertirse desde enero pasado y se profundizó ahora.
El problema de los comunicados de las corporaciones, como el de ésta con sede en Wisconsin, es que no se puede repreguntar. Dice así: “Ante la mayor presencia de mosquitos, en las últimas semanas en Argentina se registró un significativo aumento de casos de dengue y, en consecuencia, una mayor demanda de repelentes”.
Luego sigue: “Desde SC Johnson, como fabricante de marcas del hogar como Off!, Fuyi y Raid, tomamos con seriedad nuestra responsabilidad de producir y proveer productos de alta calidad para combatir a mosquitos e insectos en general, por lo que estamos realizando esfuerzos extraordinarios para abastecer a todos los puntos de venta y aumentar su disponibilidad, produciendo en la actualidad tres veces más de lo habitual y aprobando la venta de distintos formatos de envases para poder maximizar la producción”.
A eso, agrega: “En comparación con el mismo período del año anterior, en febrero de 2024 registramos un crecimiento de más del 300 por ciento en la demanda de nuestros repelentes. Esta situación sin precedentes afecta a toda la cadena de suministro involucrada, por lo que nos encontramos constantemente evaluando nuevos planes de acción para poder proveer a todos los puntos de venta en el país”.
Por último señalan: “En paralelo, desde SC Johnson continuamos realizando donaciones de repelentes al Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutierrez y a diversas organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de llegar a familias en zonas que, de acuerdo al Ministerio de Salud, registran mayor incidencia acumulada de mosquitos”.
La respuesta tiene un aire a la que habían dado en enero, cuando se registró el primer faltante de repelente, aunque no tan rotundo como el actual. Desde entonces pasaron 84 días. Y a juzgar por los argumentos vertidos, la previsible alta demanda en función de las estadísticas epidemiológicas volvió a sorprender a la empresa.
En este escenario de desprotección y déficit para la población se suma un problema más: uno de los jugadores del mercado de los repelentes, minoritarios pero que hasta 2023 aportaba su cuota de stock, decidió bajarse. Se trata de la conocida marca Livopen, de la multinacional Unilever.
Según pudo saber Clarín, ante el problema de las trabas a las importaciones que llegó a su punto más crítico el año pasado, la empresa decidió priorizar la fabricación de otros productos en función de su capacidad, dado que la materia prima principal de los repentes -el DEET- se trae del exterior.
Clarín consultó al Ministerio de Salud de la Nación, para saber si en este contexto de carencia de repelentes -con el daño a la salud pública que eso puede generar por la mayor transmisión del dengue- existe algún plan de contingencia, tienen previsto amortiguar de algunas manera el faltante o arbitrar los medios necesarios para reparar la escasez. Pero no hubo respuesta.
Desde el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, en tanto, explicaron que continúan con la fabricación de repelentes en el Instituto Biológico Dr. Tomás Perón. “Después de la pandemia se puso a punto la infraestructura y en 2023 se llegó a la producción de 45 mil unidades. En lo que va de 2024, llegamos a marzo con 23 mil frascos y estamos en una escala de 150 para final de año”, explicaron las fuentes.
Detallaron que “la distribución es en hospitales públicos y también a través de las regiones sanitarias para los operativos territoriales de control de focos. Cuando se identifica epidemiológicamente la circulación de dengue se usa ese repelente para dejarles a los vecinos”.
Desde el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, en tanto, dijeron que “durante lo brotes epidémicos de dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito, el Ministerio, a través de los hospitales y centros de salud, entrega de forma gratuita repelente a los pacientes, como también al personal de salud que realiza estudios de focos de dengue en el territorio”.
Sin embargo, aclararon: “Claro está que el suministro de los mismos queda supeditado al stock con el que cuente cada institución médica. Al igual que sucede con las farmacias y supermercados, en este momento los proveedores se encuentran con dificultades para cumplir con los entregas pactadas”.