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Tafí Viejo. Mes del autismo

En el mes de autismo, personal del área de Discapacidad de Lomas de Tafí hablaron con María Celeste Diaz Ledesma, una vecina de Lomas de Tafí autista y activista, diagnosticada en su etapa adulta.

María es madre de tres hijos de los cuales dos son neurodivergentes y se desempeña profesionalmente como Técnica Universitaria en Acompañamiento Terapéutico. Su testimonio es una fuente de inspiración para las personas neurodivergentes y también lo es para los neurotípicos ya que transmite un mensaje de concientización sobre el autismo y sus aristas sociales.

Celeste intentó por años encajar en una sociedad que solo la hacía concebirse como “rara” y en su afán por parecerse a los demás sufrió grandes frustraciones, haciéndola sentir vacía, llevándola al aislamiento, a la soledad y a vivir momentos desagradables. 

“Recibí la noticia con mucha sorpresa, me cambio totalmente, fue el camino para seguir formando mi identidad. Sin buscarlo me respondió miles de cuestiones que nunca pensé que pudieran tener una respuesta más que la que sentía que tenía. Yo era diferente a mucha gente, me comportaba y me relacionaba diferente. Cuando recibí el diagnóstico todo aquello que yo lo vivía con rareza, que no podía determinar si yo era el problema o el entorno, ahora tenían una respuesta”, indicó María.

Para ella la lucha por la inclusión y el respeto a la diversidad humana no debería depender de un día especifico en el calendario, la comunidad debe ser respetuosa en todo momento y a abrir la mente para evitar tratos desagradables y degradantes.

“Mis hijos me dieron clase de lo que es la infancia autista, no basta con ser uno autista para comprender un enorme espectro. Ellos son diferentes, aunque estén criados con la misma base. Por un lado, tengo una hija muy introvertida, silenciosa, que se adapta a todos los espacios sin importar cuánta gente hay, que está siempre en su mundo y hace de las suyas pasando desapercibida y por el otro un hijo, qué pasó por muchos problemas conductuales por tener muchas sensibilidades a los ruidos, a la gente. Manejaba un estrés muy alto por la socialización y demás, haciendo crisis muy externalizantes. Con esto comprendí la importancia de atender los distintos perfiles de desregulación, cómo se manifiesta cada uno ante el estrés y los estímulos, que no sólo es importante atender a aquel que grita y llora, sino que también se la pasa mal en silencio y con la mirada fija en algo como ausente”, Sostuvo Celeste.

Celeste considera que es crucial que a la hora del debate se aborden temas como la falta de políticas públicas de inclusión del colectivo, especialmente en etapas posteriores al ciclo vital de la infancia, la sexualidad, el desempleo, la violencia de género y las barreras de accesibilidad cognitiva en todos los ámbitos de la vida y que se desea que se ponga fin a la exposición de las infancias como parte de la concientización ya que resulta desagradable y puede re victimizar, “la infantilización del debate que siempre cae en discusiones románticas.”

“Me siento muy orgullosa de poder acompañarlos con el diagnóstico incluso porque no solo soy la que encamina, sino que ellos también me enseñan día a día muchas cosas que no tuvieron la misma razón de ser en mi infancia. No tuve la misma suerte de ser diagnosticada en la niñez y de tener los apoyos que ellos sí, así q en el camino de sus apoyos yo también fui aprendiendo», finalizó Diaz Ledesma.

El autismo es y seguirá siendo una diversidad humana que merece ser entendida, atendida y respetada en todo momento sin depender de una fecha especial para recordarlo.

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