La joven que denunció por abuso a los jugadores de Vélez al igual que una de las testigos del juicio que se lleva a cabo, deberán entregar sus respectivos teléfonos celulares a la justicia.
La fiscal Eugenia María Posse imputó por abuso sexual agravado por la participación de dos o más personas a Braian Cufré y a José Florentín Bobadilla (presuntos autores), a Sebastián Sosa (como partícipe secundario) y a Abel Osorio, por abuso sexual simple.
Recordemos que la denunciante dijo que fue abusada por los futbolistas el 3 de marzo en una habitación del hotel Hilton.
Declaró una testigo que dijo que fue una de las primeras en enterarse de lo que le había pasado, por lo que sus dichos son considerados de suma importancia.
Para confirmarlo, presentó capturas de los mensajes que la propia denunciante le remitió el domingo hasta las 1.35 hs y también el viernes.
La joven expuso que había cambiado su celular y esas eran las únicas frases que había podido rescatar.
La fiscal y la querella rechazaron el secuestro compulsivo del celular de la testigo requerido por los defensores de Florentín Bobadilla, que dijeron que era importante para confirmar la declaración que había brindado su dueña.
En tanto el juez Sebastián Mardeiza rechazó el planteo realizado, pero le dio un plazo de 24 horas para que lo someta a un análisis.
Los peritos deberán determinar que tiene el celular, porque la testigo dijo haber cambiado el celular y no se sabe si conservó todos los mensajes o solo los que mantuvo con la denunciante.
“Si dijo la verdad no habrá problemas, pero tendrá problemas legales si no se confirman sus dichos”, sostienen desde la defensa.
“¿Desde cuándo se analiza el celular de una víctima de abuso sexual? Es nada menos que violar la intimidad de una víctima”, habría expuesto como argumento para rechazar el planteo el defensor.
La víctima se encargó también de dejar en claro su rechazo al pedido. “Es cierto que dije que lo haría, pero ahora no quiero por una sola razón: se ventilaron muchas cosas y no quiero que siga pasando lo mismo. No confió en que se resguarde mi intimidad”, aseguró.
“Estoy harta de todo esto. En cada audiencia siento que tengo que defenderme cuando en realidad soy la víctima”, habría expuesto en la audiencia.
El juez Mardiza rechazó el planteo y demandó a la fiscalía que tomara todos los recaudos posibles para salvaguardar la información que se obtenga el teléfono una vez que sea entregado.