Es indignante ver a personas haciendo cola a la intemperie. Es una imagen lesiva, violenta e inadmisible. Nadie puede ser sometido a semejante destrato. Los expertos en maltrato son los bancos.
Antes de la pandemia la espera era en el interior de las entidades bancarias, que tampoco era agradable ver semejante espectáculo de desconsideración. Para evitar contagios las esperas comenzaron a ser de la puerta de los bancos hacia afuera.
Mujeres, personas adultas, embarazadas, madres con hijos o personas con alguna dificultad visible o no son sometidos a esperas excesivas.
Esta situación generó una reacción oportuna d la Dirección de Comercio Interior de la Provincia. Su director Manuel Canto enfrentó el tema con decisión y multó a distintas entidades bancarias por el valor de $ 10 millones.
El motivo fue que no cumplen con los tiempos de espera máximos estipulados que es de 30 minutos. Está prohibido que dicha espera sea a la intemperie.
Las personas deben esperar hasta 90 minutos o más y debiendo soportar el calor , el frío o la lluvia. Una imagen de la época donde no estaba prohibida la esclavitud y los derechos humanos no estaban difundidos y garantizados para todos los mortales. Hoy con el avance que ha producido el progreso y la civilización esto es francamente inaceptable.
El director de Comercio Interior afirmó “fueron notificados y en las próximas horas van a estar acercando los pagos, así podamos hacer las publicaciones”.
“Lo que pretendemos es erradicar para siempre esta conducta de las entidades bancarias. Queremos que brinden un servicio de calidad, y que no traten a nuestros abuelos como un número más”, contó Canto.
Esta decisión tiene muchas virtudes y es ejemplificadora. Tenemos que comenzar a ser más considerados y no perder la cortesía en ninguna oportunidad. Y cuando así no ocurra que haya consecuencias, para quitar los incentivos a hacerlo.
