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Peregrinación a Luján: «Nací ciego, no había operación y gracias a la Virgen volví a ver»

Desde el sábado 5 de octubre tiene lugar la 50° edición de la peregrinación a Luján, uno de los eventos religiosos más importantes del país, que reúne cada año a millones de fieles que caminan desde diferentes localidades hacia la famosa basílica bonaerense para pedirle a la virgen un futuro más próspero. Así, los testimonios de quienes participaron en la travesía de este año generaron emoción, como el de un chico que nació con ceguera y volvió a ver gracias a la ayuda de la santa.

De este modo, y para demostrar que lo que se le pedía a la virgen podía hacerse realidad como un milagro, el joven comentó: “Nací ciego, no había operación y a los tres años volví a ver después de que mi mamá viniera a la peregrinación”. En agradecimiento por la bendición que le otorgó la fe, asistió en esta ocasión junto a su madre para pedir por su familia en general.

“Ahora vengo por mis dos hijas, por mis dos nietos, porque vinieron los dos chicos, por mis yernos y por mi familia, y vengo a pedir por que la patria esté un poco mejor”, aseguró la mujer, quien participa desde hace años en esta procesión de fe, sobre todo viendo la milagrosa mejoría de su hijo.

El lema del evento de este año fue «Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”, una repetida consigna que ayudó a miles de personas a cumplir con el objetivo y a llegar al destino para obtener la bendición esperada para los próximos tiempos. 

Una vez llegados al destino, los fieles creyentes, felices y orgullosos de haber cumplido la travesía, hablaron de cómo se sentían y qué sensaciones les habían quedado al respecto.

Por un lado, un hombre sostuvo que tenía los pies hinchados, pero también inflado el corazón, agradeciéndole a su familia por el apoyo que le brindaron mientras él sufría el cansancio. 

En tanto, una mujer acompañada por sus hijos y su marido contó que nunca había participado de la peregrinación, que era su primera vez. Su esposo hacía 40 años que iba a Luján a cumplir con el objetivo: “A los 8 años arranqué yo, me trajo mi papá y mi hermano para conocer la iglesia y acompañar a la virgen. Este año sigo para pedirle y agradecerle por mi familia, que no me falte trabajo, a todos los argentinos en general, porque lo que hace falta es eso”

Lo que causó mucha emoción y motivación fue ver a personas de todas las edades zambulléndose en la procesión, con la seguridad de que iban a cumplir con la meta estipulada y la necesidad de pedir prosperidad a la virgen que los esperaba.