La Justicia a través de un fallo obliga a la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) a suministrarle agua potable como corresponde a una vecina de Villa Alem y le recuerda que es un derecho fundamental para desarrollar la vida.
Mientras el titular de la SAT gasta fortunas de dinero en equipos de comunicación que llenan las redes sociales con su imagen supervisando los trabajos que está obligado a realizar, hay vecinos que no tienen agua o en el mejor de los casos tienen una muy baja presión.
En esto la discusión es en vano, la pregunta es si todos los habitantes de Tucumán disponen de agua potable o no. La respuesta es que no la tienen. Caponio aduce que están invirtiendo par lograr el cometido porque hubo veinte años de desinversión. La desinversión la realizaron los gobiernos a los que él perteneció por lo que militó y cobró sueldo durante todos estos años en el sector público.

Caponio cuando critica el mal estado de las cañerías , la falta de renovación, los pozos de agua que están desatendidos y otros males que enfrenta la SAT para cumplir con su obligación de dar agua potable a los vecinos está escupiendo hacia arriba. El fue parte de los gobiernos anteriores, con un rol preponderante. Cortesano de Alperovich y Manzur y ahora se presenta como un gran ejecutivo preocupado por darle agua a los vecinos.

La SAT fue una caja política, y Caponio lo sabe muy bien. Gran recaudador político en el pasado inmediato.
La Justicia falló a favor de una vecina de Villa Alem. Obliga a la SAT a darle agua en el plazo de 10 días. La SAT recibió las quejas de esta vecina pero no le dio respuesta, en el trámite judicial puso reparos y buscó que no haya una sentencia a favor de esta vecina que reclama un derecho humano básico. Ahora que está el fallo, Caponio, reniega de los honorarios que le regularon a los abogados de la demandante que los tiene que pagar la SAT. O sea, ahora va en contra de sus colegas, algo muy mal visto en el foro. Discutir los honorarios de un profesional que realizó su trabajo profesionalmente no es lo correcto.
«Durante la mayor parte del día no teníamos agua. No podíamos llevar una vida normal, nos arruinaba la existencia» dijo la vecina beneficiada con el fallo. Contó que se tenía que quedar toda la noche sin dormir para poder hacer andar el lavarropas y lavar la casa, porque era el único momento donde algo de agua salía de las cañerías. Un suplicio.
«Espero que ahora me devuelvan la dignidad» concluyó la vecina, quién dijo que vive a 10 cuadras de Plaza Independencia y que la causa la comenzó en 2021.