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Dólar blue por el piso: las razones por las que baja

El dólar blue lleva seis semanas a la baja, ya acumula una caída de $225 (-18,4%) en ese plazo y se ubica en los $965 para la compra $995 para la venta. Se trata de un movimiento que sorprende a ahorristas y analistas dado que el mercado paralelo suele ser alcista en Argentina y que está a contramano de todas las variables, con una inflación que alcanzó el 25,5% en diciembre, el 20,6% en enero y podría estar en 15% o 17% en febrero.

El economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, Federico Zirulnik, señala a Ámbito que “mucho de esta tendencia en el dólar blue tiene que ver la oferta que los exportadores generan al poder liquidar el 20% al valor del Contado Con Liquidación (CCL)”.

Y es que, tal como apunta el economista Pedro Gaite, “en términos de los dólares financieros, que son los más importantes en términos macroeconómicos, por el volumen del mercado y las expectativas que los mueven, está jugando el régimen exportador que liquidan una parte en el dólar cable”.

Lo que sucede es que, por los volúmenes de mercado que maneja el Contado Con Liquidación (CCL), el monto de exportaciones que se canaliza a través de esa plaza tira para abajo la cotización de ese mercado. Eso arrastra para abajo al dólar MEP y también al blue.

Pero Gaite explica que esta caída estrepitosa del blue responde a varias cosas y no sólo a la dinámica de los financieros, aunque es un factor clave. “Por otro lado, puede haber un efecto de personas que compraban dólares a fin de mes y que hoy los están teniendo que vender para poder cubrir sus gastos”, suma como otro elemento.

En línea con estos dos puntos, Ignacio Zorzoli, Director de Finanzas del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI), acota que “el movimiento del dólar blue hay que entenderlo en relación al movimiento que tiene el tipo de cambio en la bolsa y la política monetaria que está llevando a cabo el Gobierno”.

Explica que el sendero trazado por la nueva administración marca la búsqueda de una fuerte disminución de la inflación con el correlato de una política monetaria furentemente restrictiva. La conclusión de esto es que “no hay pesos en tenencia del público minorista para generar presiones sobre el tipo de cambio”.

Pero, por otro lado, para Gaite, también está ayudando al Gobierno el hecho de que gran parte del mercado tiene una lectura de que el rumbo económico se está encaminando, “porque hay una buena mirada respecto de la acumulación de reservas, el superávit fiscal, la base monetaria, los pasivos remunerados y la tendencia de los depósitos”.

Si bien él duda de que estos elementos sean sostenibles a largo plazo, lo que sí es indudable es que la plaza está bastante optimista y eso juega sobre las expectativas respecto de los tipos de cambio.

Así, de cara a lo que viene, Zorzoli indica que, durante marzo, el complejo agropecuraio comenzará a liquidar el maíz y en abril la soja de la cosecha gruesa. Se estima una entrada de entre u$s25.000 millones y u$s30.000 millones. Y, si bien parte de este monto será demandado por los importadores en la medida que la economía se recupere, “sin duda va a llevar a una acumulación de reservas por parte del Banco Central (BCRA)”.

Ese es un elemento que ayuda a quitar presión sobre los tipos de cambio paralelos porque el mercado percibe que el BCRA tiene poder de fuego. Sin embargo, según Zirulnik, no hay mucho margen ya para que siga bajando al cotización de los financieros y, por ende, la del blue, dado que “la brecha está en 15% aproximadamente con el mayorista y, si se le suma el impuesto PAIS, ya están casi al mismo nivel que el dólar importador”.

Por tanto, Zorzoli señala que “es de esperar que en el corto plazo el precio del dólar se mantenga en estos valores sin fuertes saltos devaluatorios, siempre que la política no cambie de rumbo”.

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