La UCR podría ser una de las llaves del éxito relativo de Javier Milei con la nueva versión de la ley ómnibus, sobre la hipotética base de que un sector importante de la bancada de Miguel Pichetto se plegara al apoyo. «Somos alrededor de 20 los diputados reformistas», deslizó un legislador que avizora mayor permeabildad del bloque ahora que en febrero, cuando fracasó el primer experimento parlamentario del gobierno.
La razón por la que esta vez un grupo del radicalismo en la Cámara Baja estima que podrán arrimarle más adhesiones a Milei radica en que los opositores afines ya cuentan con el borrador del proyecto y, según el compromiso de Nicolás Posse y Guillermo Francos, recibirán y procesarán las modificaciones sugeridas antes de enviar la nueva versión a comisión. Acaso aprendieron de la incomodidad de reescribir dictámenes en departamentos de Recoleta o el bar La Biela.
La cuenta que barajan entre los seguidores de Rodrigo De Loredo, presidente del bloque, es que Facundo Manes, con una postura que defiende honestamente, podría retener una decena de legisladores en rechazo a la ley pero calculan que incluso Emiliano Yacobitti, referente de Evolución, podría inclinarse a favor.
Para eso, suponen, el Poder Ejecutivo debería ceder al aumento del presupuesto universitario que plantean los radicales de esa rama. De hecho, la diputada Danya Tavela presentó tras la conformación de la Comisión de Educación una Ley de Financiamiento a las Universidades Nacionales, justo cuando todos los claustros de la educación superior se preparan para confrontar con los libertarios por no incrementar un centavo las partidas previstas por la prórroga del presupuesto 2023.
La declaración de la emergencia presupuestaria establecida en ese expediente serviría para habilitar la readecuación necesaria, según las casas de altos estudios, y podría cosechar el apoyo conjunto del radicalismo y el peronismo. En uno de los despachos «reformistas» dijeron a este medio que el gobierno va a aceptar esa demanda del grupo de Yacobitti.
Otro tanto ocurre con jubilaciones pero el optimismo se diluye en ese rubro. La propia Tavela y Martín Tetaz presentaron proyectos de modificación de la fórmula jubilatoria y, como se informó la semana pasada, la UCR pidió al gobierno que «mande de forma urgente» algún proyecto que atienda a ese reclamo. «No vamos a demorar el tratamiento», sostuvo la misma fuente en la previa de la reunión de la Comisión de Previsión y Seguridad Social convocada para este jueves.
Los lilitos, impulsores de la sesión frustrada la semana pasada por el faltazo de 29 radicales, no piensan igual. «Es una forma que tiene el radicalismo de hacer funcionar la comisión después de no haber bajado a la sesión especial», contestó una diputada del partido de Elisa Carrió, y argumentó que lo que ocurra en esta reunión «no va a tener impacto» hasta que no se junte a discutir el tema con la Comisión de Presupuesto.
En tanto, los libertarios atan la discusión de una nueva fórmula jubilatoria a la suerte de la ley ómnibus, incorporándola en su articulado. Ese nudo funciona como indicio de los radicales cercanos a Manes de que, tal vez, el gobierno tropiece de nuevo con la tentación de confrontar con el Congreso.
Ante esas dudas, uno de los diputados consultados para este artículo zanjó la discusión: «no podemos hacer antifascismo preventivo», expresó.
De todas formas, reconoció que la incertidumbre pesa, y confesó que uno de los empresarios más importantes de mercados regulados en Argentina lo llamó por teléfono porque le preocupa el carácter temerario de la política de Milei. Acostumbrado a las ventajas de las protecciones estatales, un sector del círculo rojo está tanto o más a la defensiva que los sindicatos frente a la cruzada libertaria, concluyó el diputado.
