Luego de que el Gobierno, por decreto, redujera los aranceles de importación de productos textiles y calzado, la Fundación Pro Tejer alertó por el impacto que podría tener esta medida en la industria nacional y advirtió que «pone en riesgo la continuidad de 10 fábricas nacionales que generan alrededor de 1.000 puestos de trabajo formal y calificado».
En ese sentido, alertaron: «Creemos que esta medida no hace más que empeorar la compleja coyuntura que atraviesa el sector textil, indumentaria, cuero y calzado, que ya perdió 8.300 puestos de trabajo formal según los datos oficiales a julio 2024 y en relación con el mismo mes del año anterior, lo que representa el 27% de la pérdida de empleo industrial. Esta decisión significará un enorme daño al entramado productivo local y potencial destrucción de capacidades construidas durante años».
Además, señalaron que la decisión del Gobierno se tomó a partir de un «incorrecto diagnóstico». Explicaron que «el problema del ‘costo argentino’ no se relaciona con la eficiencia puerta adentro de la fábrica, sino que se vincula con la competitividad sistémica asociada a los problemas estructurales que arrastra la economía argentina hace ya varias décadas. Estos son la alta presión tributaria, la falta de financiamiento, problemas logísticos y de transporte, falta de infraestructura, entre otros».
A su vez, remarcaron que las fábricas de producción local «se han modernizado en los últimos años, invirtiendo en nuevas tecnologías, digitalización, automatización de procesos y ampliación de la capacidad instalada, posicionando al segmento en la frontera tecnológica mundial».
Por otro lado, desde la Fundación Pro Tejer remarcaron la producción de hilados sintéticos en Argentina es «estratégico» ya que «es el segmento textil de mayor posibilidad de incorporación de innovación y tecnología» a través de «nuevos materiales que permiten funcionalidades y aplicaciones específicas».
Otro de los puntos que cuestionaron fue la reducción de aranceles del kit desmotado de calzado y de partes de calzado, otro producto que cuenta con producción nacional «y cadenas de valor que generan empleo en todo el país y que han realizado grandes inversiones recientemente».
Las importaciones de estos productos ya contaban con un arancel por excepción del 15%, pasan a un arancel del 10% y las capelladas, cuyo arancel se encontraba en 28%, bajan al 10%.
También enfatizaron que, para tomar esta medida, previamente deberían «transformarse las condiciones estructurales bajo las cuales se desenvuelve la producción en Argentina y que son las que explican los problemas de competitividad local» y en primer lugar «llevarse adelante las reformas de primera y segunda generación que mejoren la competitividad sistémica».
Asimismo, señalaron que para generar una baja en los precios de los productos debería haber una baja de impuestos nacionales, provinciales y municipales, que explican el 50% del valor de las prendas, «dado el precio de un hilado sintético influye en menos del 1%».
Para cerrar, la Fundación Pro Tejer pidió «priorizar el empleo federal, las inversiones de frontera tecnológica y el desarrollo de la industria nacional en segmentos estratégicos para la soberanía nacional, la innovación y el futuro de la cadena de valor».